«Mi experiencia en el Gimnasio Zapico ha sido de lo mejor del tiempo en el que viví en Madrid. Después de muchos años sin entrenar y con una gran Depresión, quise volver a sentir los valores que el Taekwondo me enseñó; vida sana, respeto a tus amigos y compañeros pero también al oponente. Con personas con modos de vida e ideas muy dispares, pero en el tatami y el vestuario, todos fluimos sobre la misma frecuencia.
Gracias a Santiago Zapico volví a rejuvenecer recordando viejos tiempos del saludo a la bandera y al maestro, y a ponerme en forma con el objetivo de sacarme el 1er Dan. Una deuda pendiente durante años. Santi me ayudó a volver sudar el dobok y conseguirlo.
Gracias Santi. Pero también a todos los compañer@s que formaron parte de esa etapa de mi vida y de los que hecho de menos un buen combate o una buena conversación, en el tatami o en el bar de al lado.
Un abrazo a tod@s y en especial, a Santiago Zapico.