“Entreno en el Sport Zapico desde los comienzos, hace más de 25 años. He ido y he venido muchas veces, pero siempre me he encontrado lo mismo. Primero al maestro con su verdadera pasión por el taekwondo. Una persona observadora, de pocas palabras, muy atento sin embargo con cada uno de nosotros. De él he aprendido el valor del trabajo constante, la atención a los detalles y a no entrenar mecánicamente, sino siendo consciente de lo que hago para aprender de los errores. En definitiva, enseñanzas que valen para el taekwondo y –muchísimo– para la vida. En segundo lugar los compañeros. Hay un núcleo de gente muy fiel a lo largo de los años y otros que vienen y van. Pero siempre muchísima alegría y compañerismo en el ambiente; es el espíritu del gimnasio ¡No puede respirarse mejor ambiente y eso engancha mucho!”
Hace tres años y tras algo más de 12 años sin pisar un “dojang “(y con unos cuantos kilos de más…), decidí volver a ponerme en forma con una actividad que realmente me gustara y motivara. Tras meditarlo un poco concluí que quería volver al Taekwondo, arte marcial que practiqué intensamente en mi adolescencia y en la que tuve la suerte de competir, combatir y hacer buenos amigos. Elegí la escuela del Maestro Zapico porque me quedaba cerca del trabajo y por el impresionante currículum del Maestro en combate de competición.
Al probar las clases, descubrí un Maestro cercano, paciente y que se preocupaba por el progreso y la excelencia de los alumnos en cada detalle y faceta del Taekwondo. Además, me pareció muy destacable la constante actualización y personalización que se busca y aplica en los métodos de entrenamiento, ejercicios y técnicas para conseguir sacar lo mejor de los alumnos en cada momento.
Estoy muy contento en la escuela Zapico. El maestro sabe impartir las clases de forma muy variada y desde el punto de vista tradicional del taekwondo. Hay grupos para todas las edades y la gente es muy amable.
Tras 13 años sin practicar Tkd, volví a retomarlo, ya con algunos años, en este gimnasio. Cuando era joven aprendí gracias a un muy buen maestro Koreano y quería volver a practicarlo de la mano de un muy buen maestro, que me ayudara a re-engancharme en este arte marcial siguiendo el estilo Koreano. Puedo confirmar que no me equivoqué. Llevo mas de 5 años con Santiago y tengo más ganas de ir a entrenar que cuando era un chaval. Como buen maestro que es, Santiago enseguida vio mis puntos fuertes y cuales mejorar. Con una paciencia que no es de este siglo, consigue ayudarme a superar mis limitaciones, aprender cada día y a adorar este deporte. Estoy muy agradecido y orgulloso de formar parte de esta escuela, que recomiendo siempre que tengo oportunidad.
Buenos días, hace seis años, con 47, empezó mi relación con el TKDO. Combinó entrenamiento personal con clases en grupo. Quiero poner de relieve la importancia de practicar TKDO a cierta edad y reconocer de forma especial al gimnasio por apostar por formación especializada a los que ya cumplieron los 40 y piensan que se acabó el tiempo de las patadas. No acabo, sin añadir el compromiso del maestro Zapico con todos nosotros y la confianza de trabajar con quien es un referente en este deporte.
La elección de una escuela de Taekwondo tiene mas trascendencia de la que uno puede pensar, detrás de la práctica de cualquier arte marcial, en este caso el Taekwondo, hay toda una filosofía, fruto de mi experiencia en Sport Zapico puedo decir que Santiago es uno de los grandes maestros de Taekwondo en España, siempre muy pendiente de los detalles, de la progresión, de la técnica, de dar a cada uno lo que necesita. Si bien el maestro es una parte importante de la escuela, no lo es menos, el resto de compañeros, la generosidad de grandes taekwondistas amateur que acuden a entrenar con todos aquellos que llegan, y el ambiente que forma esta gran familia, hacen realmente grande este lugar. Lo recomiendo sin duda.
«Mi experiencia en el Gimnasio Zapico ha sido de lo mejor del tiempo en el que viví en Madrid. Después de muchos años sin entrenar y con una gran Depresión, quise volver a sentir los valores que el Taekwondo me enseñó; vida sana, respeto a tus amigos y compañeros pero también al oponente. Con personas con modos de vida e ideas muy dispares, pero en el tatami y el vestuario, todos fluimos sobre la misma frecuencia.
Gracias a Santiago Zapico volví a rejuvenecer recordando viejos tiempos del saludo a la bandera y al maestro, y a ponerme en forma con el objetivo de sacarme el 1er Dan. Una deuda pendiente durante años. Santi me ayudó a volver sudar el dobok y conseguirlo.
Gracias Santi. Pero también a todos los compañer@s que formaron parte de esa etapa de mi vida y de los que hecho de menos un buen combate o una buena conversación, en el tatami o en el bar de al lado.
Un abrazo a tod@s y en especial, a Santiago Zapico.